Las cinco principales aplicaciones que ya le están dando a la Inteligencia
Artificial (I.A.) en centros
educativos
Aunque muchos la
consideran como una tecnología propia del futuro, la Inteligencia Artificial ya
se está empleando con éxito en distintos ámbitos, incluido el educativo. Y para
disfrutar de ella, basta con un ordenador y un programa informático.
1.
Asistir
al docente
La Inteligencia Artificial tiene un gran
potencial para apoyar la labor docente y facilitar ciertas tareas automáticas
como las administrativas, la evaluación de trabajos o la corrección de exámenes
tipo test. Para hacerlo posible basta con un ordenador o un dispositivo
inteligente y la instalación de alguna aplicación o programa específico.
Algunas plataformas tan populares como Moodle ya incorporan esta
opción: siempre que la prueba sea un cuestionario, corrige automáticamente y
elabora informes en los que especifican sus respuestas, los intentos para
encontrar la correcta, etc.
2.
Como
profesor virtual
Esta tecnología es especialmente útil en
entornos de aprendizaje online gracias a una de sus aplicaciones: los chatbots, programas informáticos
que son capaces de mantener una conversación de forma autónoma a través de una
aplicación web. Empleados en el entorno educativo, pueden actuar como un
profesor, estudiante o tutor interactivo capaz de resolver dudas, explicar
ciertas cuestiones e, incluso, realizar evaluaciones automáticas y
personalizadas para cada alumno. Un ejemplo de esta aplicación se encuentra en
la herramienta ‘EconBot’, un chatbot creado para los estudiantes de
Económicas de UNED que cuenta hasta con su propia página de Facebook. Este
uso beneficia además el ‘life learning’ o la ‘educación permanente’: el
paradigma que habla del aprendizaje continuo del ser humano y que está
vinculado con la formación en la red.
3.
Para
medir el rendimiento académico de los estudiantes
Un equipo de expertos de la Universidad
Internacional de La Rioja (UNIR) está trabajando en un proyecto
piloto para, gracias a la Inteligencia Artificial, poder medir, comparar y
analizar el progreso académico de cada estudiante de manera personalizada. Son
capaces, incluso, de crear un patrón de comportamiento a nivel de conocimiento,
así como una curva de aprendizaje adaptada a cada uno. No son los únicos que
están trabajando en ellos, ya que esta aplicación resultará muy útil para
garantizar el éxito educativo e, incluso, para hacer un diagnóstico temprano de
algunos trastornos de aprendizaje, como el TDAH.
4.
Adaptar
el aprendizaje al estudiante
El aprendizaje adaptativo que promueven
herramientas como Snappet utiliza la Inteligencia Artificial para
presentar recursos educativos adaptados a las necesidades de cada estudiante.
De esta manera, y después de un progreso por diferentes pruebas y actividades,
el propio sistema analiza las respuestas y crea un paradigma de personalización
a medida de cada uno.
5.
Reconocimiento
del alumnado
Además de los proyectos para personalizar el aprendizaje y automatizar la evaluación de los estudiantes, también se han diseñado herramientas que recurren al reconocimiento facial para identificar a los alumnos a la hora de realizar un examen a distancia, así como al realizar gestiones en las que es esencial asegurarse de que la persona es quien dice ser. De hecho, ya se han puesto en marcha los primeros proyectos piloto. TeSLA es uno de ellos. Promovido por la Unión Europea, en él han participado 23.000 estudiantes (algunos con necesidades educativas especiales) y 500 profesores de siete universidades europeas y su objetivo ha sido precisamente desarrollar un sistema que valide la identidad y autoría de los estudiantes tanto en los exámenes como en el resto de actividades académicas empleando el reconocimiento facial, de la voz y hasta el estilo de redacción.